La economía española muestra cifras de recuperación que llaman la atención dentro del contexto europeo. En el segundo trimestre de 2025, el Producto Interno Bruto (PIB) creció un 2,4% interanual, superando el promedio de la eurozona. Este repunte consolida una tendencia positiva iniciada tras la pandemia. Sin embargo, el dinamismo macroeconómico no ha tenido un impacto proporcional en los ingresos de los trabajadores.
Los salarios reales, descontando la inflación, siguen estancados. A pesar de que el salario medio en España ha aumentado un 12,3% desde 2019, los precios lo han hecho en un 17,5%, lo que representa una pérdida de poder adquisitivo de más de cinco puntos porcentuales.
Esto refleja una desconexión persistente entre crecimiento y bienestar, donde la productividad repunta pero la mejora no se traslada al ingreso personal.
España y su brecha salarial estructural
La brecha entre PIB y salarios en España no es coyuntural. Desde 2008, el peso de las remuneraciones dentro del PIB ha caído más de tres puntos, pasando del 48,4% al 45%. Esta tendencia revela un modelo económico centrado en sectores de bajo valor añadido y alta temporalidad, como la hostelería y los servicios turísticos. En consecuencia, se genera empleo, pero con condiciones precarias y escaso margen de negociación salarial.
Además, la inversión empresarial sigue orientada hacia la contención de costes más que hacia el fortalecimiento de capacidades productivas. En este contexto, el empleo crece en volumen pero no en calidad, lo que impide que los avances del PIB beneficien de forma directa a los hogares. Del mismo modo, las políticas públicas de apoyo al consumo, aunque relevantes, no sustituyen una política estructural de mejora salarial.
Una variable crítica es la rentabilidad empresarial. En 2024, los márgenes de beneficio de las grandes compañías se incrementaron un 8%, según datos del Banco de España. Este diferencial evidencia que, mientras las empresas logran proteger sus ingresos frente a la inflación, los trabajadores no cuentan con los mismos mecanismos de ajuste.
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