La incertidumbre sobre la permanencia de Ford como socio principal de M-Sport en el Campeonato Mundial de Rally (WRC) ha dado paso a movimientos estratégicos de gran calado. Desde Reino Unido, sede de la escudería, ha trascendido que M-Sport ya contempla una alternativa concreta: un fabricante de origen chino que podría asegurar su continuidad más allá de 2026.
Este posible giro responde a una realidad financiera insoslayable. La actual alianza con Ford no garantiza inversiones a largo plazo, un factor crucial en un campeonato que, a partir de 2027, enfrentará una nueva reglamentación técnica y presupuestaria. Malcolm Wilson, fundador de M-Sport, ha confirmado que la dirección de la empresa ya se encuentra en conversaciones avanzadas con una automotriz china interesada en desembarcar en el WRC mediante una estructura ya consolidada.
Posible desembarco chino en el WRC
Aunque no se han revelado nombres específicos, las especulaciones apuntan a fabricantes como BYD, Chery o Geely, todos con recursos suficientes y una creciente proyección global. Para estas compañías, ingresar al WRC representa una vía de posicionamiento en mercados occidentales y una plataforma tecnológica para probar desarrollos híbridos o eléctricos en condiciones extremas.
Además, el atractivo del campeonato ha mejorado tras la ratificación del reglamento híbrido hasta 2026 y la posible evolución hacia modelos aún más electrificados a partir de 2027. Este contexto incrementa el interés de actores emergentes que buscan validar su ingeniería en escenarios competitivos internacionales.
En contraste, Ford mantiene su presencia en el WRC sin un equipo oficial desde 2012, limitándose a un respaldo técnico y logístico a M-Sport. Esta falta de compromiso total debilita su rol estratégico, al tiempo que abre oportunidades para otros fabricantes dispuestos a asumir riesgos con retornos medibles en branding e innovación.
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