El mercado porcino mexicano experimenta una fase de contrastes marcada por la estabilidad en la producción nacional y un entorno internacional de alta volatilidad. Aunque México ha mantenido un volumen estable de sacrificios, con 1,49 millones de cabezas reportadas al cierre de octubre, el sector enfrenta presiones por los cambios en la demanda externa y la competencia creciente.
Uno de los factores clave ha sido la reducción del consumo en mercados estratégicos, especialmente en China. En septiembre, las exportaciones mexicanas al país asiático cayeron 50% interanual, afectando los precios de venta. A pesar de este descenso, México mantiene su nivel de exportaciones totales con 15 mil toneladas mensuales, gracias al fortalecimiento de relaciones comerciales con Japón, Corea del Sur y Estados Unidos.
Exportaciones y precios bajo presión en el mercado porcino
La valorización del peso frente al dólar ha generado efectos adversos en los márgenes de los exportadores, encareciendo los productos mexicanos frente a competidores como Brasil, cuya devaluación ha favorecido sus envíos internacionales. Esta diferencia cambiaria ha obligado a los productores mexicanos a absorber parte del costo, presionando su rentabilidad.
También se observa un fenómeno de sustitución en los mercados internacionales, donde el cerdo mexicano comienza a perder participación frente a oferentes más baratos. Aunque la demanda local se mantiene sólida, esta no compensa las pérdidas derivadas de menores precios de exportación.
A pesar del entorno adverso, el precio promedio del cerdo en México se ha mantenido en torno a los 42,5 MXN/kg en canal, mostrando resiliencia frente a los choques externos. Esta cifra representa una estabilidad relativa, especialmente en comparación con mercados vecinos donde los precios han caído hasta 10% en lo que va del segundo semestre.
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