La reciente imposición de un arancel estadounidense del 25 por ciento a camiones pesados ensamblados en México ha generado preocupación en sectores industriales y financieros. Sin embargo, la Secretaría de Economía, a través del subsecretario Vidal Llerenas, asegura que la medida no provocará el cierre de empresas mexicanas, sino ajustes estratégicos en las operaciones de manufactura y exportación.
El subsecretario señaló que la mayoría de las compañías cuentan con planes de contingencia y estrategias de diversificación que les permitirán absorber el efecto del arancel sin comprometer su estabilidad financiera. Además, se prevé que algunas líneas de producción podrían trasladarse dentro del territorio nacional o ajustarse en sus cadenas de suministro para minimizar costos y mantener la competitividad en el mercado estadounidense.
Aranceles a camiones y estrategias de adaptación
La industria automotriz mexicana ha demostrado históricamente capacidad de adaptación ante cambios regulatorios internacionales. La nueva tarifa arancelaria podría impulsar a las compañías a optimizar sus procesos productivos y explorar mercados alternativos, reduciendo la dependencia de exportaciones hacia Estados Unidos. Del mismo modo, los proveedores y transportistas locales también podrían beneficiarse al participar en ajustes logísticos y nuevos modelos de negocio.
Asimismo, analistas señalan que el impacto inmediato en la balanza comercial sería moderado y no implicaría afectaciones masivas a la plantilla laboral.












