El cierre de diciembre ha generado una presión significativa sobre el precio de la uva en diversos mercados del país. En centros de abasto como los de Mérida, Yucatán, comerciantes reportan precios de hasta 120 pesos por kilo, impulsados por la alta demanda previa a las festividades de Año Nuevo y por un suministro limitado que no cubre los volúmenes requeridos.
Esta alza en el precio de la uva responde a factores estructurales y coyunturales. La mayor parte de la fruta que se comercializa en esta temporada es de origen extranjero, proveniente de Chile y Estados Unidos. Esto la hace susceptible a incrementos derivados de costos logísticos, tasas de importación, tipo de cambio y disponibilidad en origen. Además, las cadenas de distribución enfrentan demoras y restricciones que afectan la llegada oportuna del producto.
Escasez y logística encarecen el precio de la uva
Los comerciantes señalan que la oferta actual no será suficiente para cubrir el repunte habitual del 31 de diciembre, fecha en la que el consumo de uva se intensifica como parte de las tradiciones de fin de año. La escasa disponibilidad ha obligado a realizar compras anticipadas, incluso por parte de consumidores, lo que tensiona aún más los inventarios.
Asimismo, se han detectado retrasos en la entrada de cargamentos, lo cual podría provocar nuevos aumentos conforme se acerque el cambio de año. En particular, los productos importados están sujetos a costos más volátiles, lo que incide directamente en los precios al consumidor final.
Datos oficiales revelan que el precio de importación por tonelada de uva ha subido 11.3% desde agosto, según el Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM). Esta variación contribuye a explicar el comportamiento observado en puntos de venta físicos a nivel nacional.
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