La desaceleración del empleo formal e informal en México marcó una señal de advertencia para la economía durante noviembre. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI, la población ocupada se redujo en 231 mil personas respecto a octubre, una cifra que contrasta con la tendencia positiva observada en meses anteriores.
El retroceso en la ocupación se acompañó de una baja en la tasa de participación económica, que pasó de 60.5% a 60.1%. Esta disminución no solo refleja una menor disponibilidad de empleo, sino también una posible desmotivación de parte de la fuerza laboral para buscar trabajo. A su vez, la informalidad también presentó una ligera caída, con una reducción de 0.3 puntos porcentuales, ubicándose en 54.2%.
Contracción del empleo y caída en la tasa de participación
Además, el segmento de trabajadores subordinados y remunerados clave para la sostenibilidad del consumo interno se contrajo en 377 mil plazas. Por otro lado, los empleadores aumentaron en 52 mil personas, lo que sugiere un crecimiento marginal del emprendimiento, pero insuficiente para compensar la pérdida generalizada de empleos formales.
A nivel sectorial, los servicios profesionales, financieros y corporativos registraron una pérdida significativa de más de 150 mil ocupaciones. Esta contracción puede tener efectos en cadena sobre otras ramas económicas, como comercio y manufactura. Por otro lado, el desempleo se mantuvo estable en 2.7%, aunque este dato puede ocultar subocupación o empleos de baja calidad.
En términos anuales, la comparación frente a noviembre de 2024 muestra una ganancia neta de 886 mil empleos. Sin embargo, el ritmo mensual negativo sugiere una reversión de tendencia que debe ser monitoreada, especialmente en un entorno donde la inflación y la política monetaria restrictiva continúan afectando la actividad económica.
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