La automatización y la tokenización están redefiniendo el ecosistema económico en México y otras economías emergentes. Lejos de ser promesas futuristas, estas tecnologías ya moldean decisiones de inversión, estructuras regulatorias y modelos de negocio. La entrada de algoritmos en operaciones bursátiles y el crecimiento de activos digitales representan un punto de inflexión estructural, más allá de la volatilidad coyuntural.
Robots financieros y su impacto en la gestión de activos
La adopción de sistemas automatizados en el análisis y la ejecución de operaciones ha generado una ventaja competitiva para gestoras de fondos y bancos de inversión. En el segundo semestre de 2025, los principales fondos institucionales que operan en México reportaron incrementos de eficiencia del 17% en la gestión de portafolios, gracias a modelos predictivos impulsados por inteligencia artificial. Además, la inclusión de estos sistemas ha permitido mitigar riesgos operativos en mercados de alta frecuencia.
Por otro lado, los modelos de asesoría financiera están siendo transformados por algoritmos capaces de construir portafolios personalizados en tiempo real, integrando variables como perfil de riesgo, horizonte de inversión y flujos de liquidez. Esta capacidad analítica plantea desafíos normativos en cuanto a la responsabilidad fiduciaria de los sistemas automatizados, asunto que ya estudia la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
Bitcoin: un activo en transición estructural
En paralelo, el bitcoin ha dejado de ser un instrumento especulativo para posicionarse como un componente estratégico en ciertas carteras institucionales. Durante octubre de 2025, las reservas de dos fondos de pensiones en América Latina incluyeron bitcoin con una ponderación del 1.5%, impulsadas por su baja correlación con activos tradicionales.
Este movimiento ha intensificado el debate regulatorio. Mientras en México se exploran mecanismos para estandarizar la custodia de criptoactivos, en Estados Unidos el Comité de Servicios Financieros avanza en propuestas legislativas que buscan clasificar al bitcoin como commodity digital, con implicaciones directas sobre su tributación.
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