Las economías emergentes podrían mostrar una mayor resiliencia de lo anticipado frente a las políticas arancelarias restrictivas de Estados Unidos. Un reciente estudio del Banco de Pagos Internacionales (BPI) subraya que los efectos de los aranceles estadounidenses sobre países en desarrollo han sido, en términos agregados, más contenidos de lo previsto, incluso en ciclos de tensión comercial global.
El análisis del BPI, presentado este mes, examinó más de 300 medidas comerciales impuestas desde 2018 por Estados Unidos, en su mayoría dirigidas a China, pero con efectos colaterales sobre países como México, Brasil e India. Si bien hubo impactos sectoriales y de corto plazo, los mercados emergentes lograron ajustar su estructura exportadora, redireccionando flujos comerciales y mitigando distorsiones prolongadas en sus cadenas de valor.
Diversificación comercial protege a las economías emergentes
Además, los investigadores destacaron que estas economías han fortalecido su diversificación comercial, ampliando sus socios fuera del eje estadounidense y reduciendo vulnerabilidades externas. El caso de México resulta paradigmático: pese a la presión arancelaria, mantuvo su acceso preferencial a través del T-MEC, al tiempo que aumentó su participación en sectores industriales estratégicos.
Por otro lado, el estudio advierte que la fragmentación geopolítica podría generar efectos acumulativos si se intensifica la guerra comercial entre grandes potencias. No obstante, el reporte señala que los países emergentes más integrados a bloques regionales o con tratados bilaterales sólidos presentan mejores mecanismos de amortiguamiento frente a choques externos.
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