En un contexto de racionalización de costes y transformación del consumo, el modelo de gasolineras automáticas se consolida con fuerza en el panorama energético español. Este formato, que prescinde de personal en sitio y opera a través de sistemas automatizados de pago, ha multiplicado por cuatro su presencia desde 2019. Según datos de la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (Aesae), ya existen 3.965 gasolineras automáticas activas en el país, lo que representa un 21% del total.
Gasolineras automáticas atraen por precio y eficiencia operativa
La expansión de este modelo responde a una doble presión estructural: la necesidad de reducir costes operativos en un entorno de márgenes limitados y el crecimiento de una demanda sensible al precio. En promedio, los precios por litro en estaciones automáticas son entre 10 y 15 céntimos más bajos que en las tradicionales. Este diferencial no solo responde a la ausencia de personal, sino también a una estructura operativa más ágil y menor carga fiscal.
Además, operadores como Ballenoil, Plenoil y Petroprix han capitalizado este cambio, abriendo cientos de puntos de venta en los últimos años y compitiendo directamente con las grandes distribuidoras. Plenoil, por ejemplo, supera ya las 350 estaciones, mientras que Ballenoil proyecta cerrar el año con más de 400. En paralelo, grupos tradicionales como Repsol o Cepsa también han incursionado en este formato híbrido para preservar cuota.












