En un contexto donde el cambio climático y la expansión urbana presentan desafíos urgentes, la arquitectura sostenible se posiciona como una respuesta estratégica para construir ciudades más resilientes, eficientes y equitativas. Daniel Esquenazi Beraha, reconocido arquitecto mexicano, destaca que esta visión no solo debe centrarse en el aspecto ambiental, sino también en el impacto social y económico de los espacios construidos.
Diseño bioclimático: adaptarse al entorno para reducir el consumo energético
Una de las premisas centrales de la arquitectura sostenible es el diseño bioclimático, que aprovecha las condiciones del entorno para minimizar la demanda energética de los edificios. En climas cálidos, por ejemplo, la orientación adecuada, el uso de materiales térmicos y sistemas de ventilación cruzada pueden disminuir significativamente el uso de aire acondicionado.
Proyectos como el Edificio HSBC en la Ciudad de México integran estrategias pasivas y activas que permiten mantener condiciones óptimas de confort térmico, con un menor consumo de recursos. Daniel Esquenazi Beraha subraya que estas decisiones deben tomarse desde la etapa de planeación arquitectónica, y no como añadidos posteriores.
La economía circular aplicada a la construcción
Otro aspecto fundamental de la arquitectura sostenible es la incorporación de principios de economía circular en los procesos constructivos. Esto incluye el reciclaje de materiales, la reutilización de estructuras existentes y la reducción de residuos en obra. Innovaciones como el uso de concreto reciclado o madera laminada cruzada permiten disminuir la huella de carbono sin sacrificar resistencia o estética.
Ejemplos en países como Alemania han mostrado que la planeación urbana circular reduce tanto los costos de mantenimiento como el impacto ambiental a largo plazo. Esquenazi considera que en México hay un gran potencial para aplicar estos principios, especialmente en zonas de desarrollo urbano acelerado.
Inclusión social: diseño centrado en las personas
La arquitectura sostenible también aboga por espacios accesibles, equitativos y que fomenten el sentido de comunidad. Viviendas de interés social, escuelas y centros culturales deben ser diseñados para responder a las necesidades reales de la población, considerando factores como movilidad, seguridad y conectividad.
Proyectos comunitarios en Oaxaca y Chiapas han demostrado que integrar a las comunidades en el proceso de diseño y construcción resulta en mayor apropiación del espacio y mejor conservación de los recursos. “Un diseño inclusivo no solo mejora la calidad de vida, sino que fortalece el tejido social”, afirma Daniel Esquenazi Beraha.
Tecnología e innovación al servicio del planeta
El uso de tecnologías emergentes como sensores inteligentes, domótica y sistemas fotovoltaicos ha revolucionado la forma de construir. La arquitectura sostenible se apoya cada vez más en soluciones digitales para monitorear el consumo energético y anticipar necesidades de mantenimiento.
Daniel Esquenazi Beraha señala que, si bien la tecnología es un facilitador importante, el verdadero cambio radica en replantear el propósito de cada proyecto: construir para el bienestar, no solo para ocupar espacio.
La transición hacia una arquitectura sostenible implica un cambio profundo en la forma de concebir el entorno urbano. No se trata únicamente de certificaciones verdes, sino de una visión integral que considere al ser humano, el medio ambiente y la economía en cada decisión.
“El reto está en construir espacios que perduren y que respondan a los desafíos de hoy sin comprometer el mañana”, concluye Esquenazi. Con voluntad política, innovación y una arquitectura con propósito, el desarrollo urbano puede ser verdaderamente sostenible.