Volkswagen refuerza su posición global al ampliar significativamente la exportación de vehículos fabricados en China hacia mercados emergentes y selectos destinos globales, con una salvedad clara: Europa queda fuera del plan. La estrategia busca capitalizar las ventajas de producción en Asia, optimizar costos y acelerar la disponibilidad de modelos clave, como el SUV eléctrico Cupra Tavascan y el Volkswagen ID.7, en regiones donde la presión arancelaria y política es menor.
Esta decisión confirma un giro táctico del consorcio alemán, que ve en China no solo un mercado prioritario, sino también una base eficiente para el abastecimiento global. El objetivo es fortalecer su competitividad frente a rivales que ya integran cadenas de suministro flexibles y centradas en Asia.
Expansión selectiva sin incluir al mercado europeo
Ralf Brandstätter, jefe de operaciones de Volkswagen en China, afirmó que esta nueva fase de exportaciones no contempla su envío a Europa. El motivo radica en las actuales tensiones comerciales entre Bruselas y Pekín, marcadas por investigaciones antidumping contra fabricantes chinos. Así, la empresa evita riesgos regulatorios y mantiene intacto su posicionamiento ante la Comisión Europea, que ha intensificado su escrutinio sobre subsidios estatales y prácticas de competencia desleal.
Del mismo modo, Volkswagen prevé enviar autos producidos en China a México, Sudamérica, Australia y países del sudeste asiático, donde la demanda de modelos eléctricos y SUV premium continúa al alza. Este enfoque diversificado refleja una lectura precisa del entorno macroeconómico y comercial, con preferencia por economías abiertas a manufactura china y marcos arancelarios más estables.












