Una de las ventajas de los propietarios de un Tesla es la cada vez más extensa red de supercargadores a lo largo y ancho del mundo.
Estos cargadores bajo el nombre de Superchargers están destinados a alimentar a vehículos de la propia marca, sin embargo, no significa que no sean compatibles con otros.
Lo que aparenta ser un error de software, está permitiendo que otros vehículos eléctricos se carguen usando estos cargadores. Y, para colmo, gratuitamente.
La guerra de estándares en cargadores de coches eléctricos se ha apaciguado en los últimos años y, al menos en Europa, el Combined Charging System (CCS) se ha normalizado.
La idea es normalizar un sólo modo de carga para que se puedan crear estaciones de carga comunes y, en esencia, tener un estándar. Como consecuencia Tesla también ha comenzado a adaptar en Europa sus supercargadores para utilizar el conector CCS.
Para entender lo que ha pasado hay que entender cómo funciona la carga de los Tesla mediante un Supercharger. Una de las primeras cosas que ocurre al conectar el coche a uno de estos enchufes es el emparejamiento.
El supercargador se comunica con el Tesla y automáticamente reconoce el propietario por lo que puede cobrar el gasto de la carga de la cuenta del propietario del Tesla.
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