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La UE va a la zaga de EE.UU. y China en inversión climática

Europa está empezando a utilizar cada vez más instrumentos para combatir el cambio climático y lograr una economía más sostenible.

La presidenta electa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, prometió un «Acuerdo Verde Europeo» en los primeros 100 días de su mandato, mientras que la gran mayoría de los Estados miembros están a favor de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a un nivel «neto cero» para 2050.

Sin embargo, para que la Unión pueda cumplir sus objetivos, aún deben realizarse progresos significativos en la UE: son necesarios «enormes esfuerzos» para responder adecuadamente al cambio climático, escribe el Banco Europeo de Inversiones (BEI) en su informe sobre inversiones 2019-2020.

En su balance, el prestamista de la UE advierte de que Europa va a la zaga de otros actores. «Tras una década perdida de débiles inversiones, tenemos que hacer frente a la ralentización si queremos responder a los retos históricos a los que nos enfrentamos», ha comentado el Vicepresidente del BEI, Andrew McDowell.

Para garantizar que la UE contribuya a mantener el aumento medio de la temperatura global por debajo de 2°C (o incluso por debajo de 1,5°C), el bloque «necesita acordar y aplicar una estrategia global sobre el cambio climático». La atención debe centrarse en la inversión acelerada, dijo el Banco.

Menos inversiones que los EE.UU. y China

Según el informe, el año pasado la UE invirtió alrededor del 1,2 por ciento de su PIB (158.000 millones de euros) en la protección del clima, frente al 1,3 por ciento de los EE.UU. y el 3,3 por ciento de China.

Además, la inversión en este ámbito ha disminuido en los dos últimos años, a pesar del crecimiento inesperado de 2017, y la eficiencia energética representa la mayor parte de la inversión relacionada con el clima en Europa, seguida de las energías renovables y el transporte.

El informe subraya en particular la necesidad de avanzar en el sector del transporte. Esto sigue basándose en gran medida en los combustibles fósiles y todavía muestra un aumento de las emisiones. Las estimaciones actuales sugieren que las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes del transporte alcanzarán su punto máximo en 2030. En opinión del Banco, Europa no está invirtiendo lo suficiente en el transporte con bajas emisiones de carbono, especialmente en el transporte ferroviario, en comparación con los Estados Unidos o China.

Redacción

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