El mercado del arándano mexicano consolida su reconfiguración estratégica, apuntando a una mayor diversificación geográfica y un fortalecimiento del consumo interno. Tras una década de fuerte dependencia del mercado estadounidense, el sector ha comenzado a redirigir parte de sus exportaciones hacia Asia y Medio Oriente, en un contexto global que exige resiliencia logística y competitividad sostenida.
En 2024, México se consolidó como el segundo mayor exportador de arándanos frescos del mundo. Las cifras más recientes de la Comisión del Arándano de Estados Unidos (USHBC, por sus siglas en inglés) confirman que los envíos mexicanos representaron 20% del total importado por ese país. No obstante, la misma fuente indica una desaceleración en la tasa de crecimiento interanual, lo que ha encendido alertas entre productores y exportadores.
Arándano mexicano busca oportunidades fuera de Estados Unidos
El ajuste en la demanda estadounidense, sumado a retos logísticos derivados de regulaciones fitosanitarias más estrictas, ha empujado a los actores clave del sector a explorar otros mercados. Japón, Emiratos Árabes Unidos y China han incrementado su participación en la cartera exportadora mexicana, con un crecimiento acumulado superior a 35% entre enero y agosto de 2025.
También destaca el aumento de campañas de promoción nacional impulsadas por asociaciones como Aneberries, que buscan estimular el consumo interno, que actualmente no supera el 5% de la producción total. Este enfoque responde a la necesidad de reducir la exposición a mercados externos altamente sensibles a variaciones macroeconómicas o comerciales.
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