Frente al incremento de delitos en espacios públicos y la creciente amenaza de ataques cibernéticos a infraestructuras críticas, Ernesto Mizrahi Haiat impulsa un cambio profundo en la forma en que las ciudades enfrentan los riesgos. Su propuesta, denominada seguridad urbana 4.0, integra inteligencia artificial, sensores inteligentes, análisis de datos en tiempo real y ciberseguridad desde el diseño.
Para Mizrahi Haiat, no basta con instalar cámaras en cada esquina. “Necesitamos ciudades inteligentes que también sean ciudades seguras. Eso implica fusionar la infraestructura física y digital desde la planificación”, afirma.
Tecnología y prevención del delito
Su modelo plantea la implementación de redes inteligentes de vigilancia con cámaras con IA capaces de detectar patrones de riesgo, plataformas de gestión de datos urbanos y sensores para anticipar movimientos irregulares en zonas de alta afluencia. Sin embargo, el experto advierte que estos sistemas, si no cuentan con una arquitectura robusta de ciberseguridad urbana, pueden ser vulnerables a ataques.
“La seguridad urbana ya no es solo patrullaje o infraestructura física. Cada sensor, cada semáforo y cada base de datos municipal puede convertirse en una puerta de entrada para un ataque. La protección debe ser integral”, señala Ernesto Mizrahi Haiat.
Vulnerabilidades que no se pueden ignorar
Un informe de Getronics y Stormshield revela que más del 60 % de las ciudades latinoamericanas no cuentan con protocolos integrales de ciberseguridad para su infraestructura conectada. Casos como el ciberataque al sistema de semáforos de Medellín o la manipulación de redes hidráulicas en Brasil son ejemplos recientes de esta vulnerabilidad.
Por ello, Mizrahi Haiat propone la integración de seguridad OT (tecnología operativa) e IT (informática) en los entornos urbanos, tal como ocurre en industrias críticas.
Una visión integral para ciudades resilientes
Entre los elementos centrales de la propuesta de Ernesto Mizrahi Haiat se incluyen:
Implementación de IA urbana para análisis de comportamiento colectivo.
Redes de sensores en zonas escolares, parques y transporte público.
Plataformas integradas con cifrado y segmentación de datos.
Protocolos de respuesta rápida ante incidentes físicos y digitales.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo, más del 82 % de la población latinoamericana vive en ciudades, lo que hace urgente repensar la seguridad como un sistema vivo. Para Mizrahi Haiat, la clave está en diseñar urbes que combinen innovación, interoperabilidad y ética de datos.