Traficantes de armas, drogas y personas han encontrado en las criptomonedas la divisa perfecta para blanquear millones y millones de dinero negro.
Los ciberdelincuentes están acostumbrados a desenvolverse sin levantar excesivas sospechas, en especial cuando navegan por la dark web y deep web —redes superpuestas a la Internet pública que requieren un software específico y configuraciones o autorización para acceder—. Si hay un eslabón débil del sistema, oculto a ojos de casi cualquier mortal, por ahí van a colarse mafias y todo aquello que suene delictivo.
El pitufeo es la técnica de blanqueo habitual en estos establecimientos. Consiste en cambiar a cripto cantidades relativamente pequeñas y repetidamente, durante meses. Bien pueden ser los propios criminales o personas contratadas por ellos con la promesa de recibir un porcentaje de la transacción. “Tal cual obtienes el código QR, el rastro del dinero se pierde”.