En un intento por reordenar su sistema cambiario sin recurrir a una reforma monetaria integral, el Gobierno de Cuba introdujo esta semana un tercer tipo de cambio oficial, con una paridad de 1 dólar por 120 pesos cubanos. Esta medida, anunciada el 18 de diciembre, apunta a captar divisas extranjeras mediante operaciones específicas con empresas estatales, privadas y actores seleccionados del comercio exterior, en un contexto de creciente presión fiscal, inflación persistente y escasez de divisas.
Hasta ahora, Cuba mantenía un sistema dual de cambio: el tipo oficial de 1 dólar por 24 pesos, reservado para operaciones estatales, y una tasa de 1 dólar por 120 pesos utilizada de forma limitada en sectores específicos. A estos se sumaba el mercado informal, donde el dólar cotiza alrededor de los 275 pesos.
Tipo de cambio y segmentación económica
El nuevo tipo de cambio, aún no accesible para el público general, representa un paso intermedio hacia una posible unificación monetaria. Sin embargo, el gobierno dejó claro que se aplicará de forma segmentada y controlada, priorizando a ciertos actores económicos y sin alterar el cambio de referencia para los presupuestos estatales.
Este anuncio surge en medio de un panorama macroeconómico adverso. La economía cubana cerrará 2025 con una contracción estimada del 2%, según datos oficiales, y con una inflación anual superior al 30%. El país enfrenta además una merma significativa en sus ingresos por exportaciones y remesas, lo que ha exacerbado las distorsiones del mercado cambiario.
En los últimos meses, el peso cubano se ha depreciado más de un 20% en el mercado informal, mientras el acceso a divisas continúa restringido para la mayoría de la población y el sector empresarial privado. La decisión de crear este nuevo tipo de cambio confirma que el Estado reconoce la necesidad de adaptarse parcialmente a las señales del mercado.
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