Detrás de la expansión nacional e internacional de Grupo Lala se encuentra una figura clave en el entramado empresarial mexicano: Eduardo Tricio Haro. Aunque para el público general Lala es sinónimo de leche, yogur y productos lácteos, en los mercados y círculos corporativos se reconoce como un emblema de integración vertical, diversificación estratégica y gobernanza con estructuras familiares de poder.
Fundada en 1950 en Torreón, Coahuila, Lala consolidó su hegemonía en el sector lácteo nacional mediante un modelo operativo que controla desde la producción primaria hasta la distribución. Esta integración permitió mantener márgenes competitivos frente a empresas multinacionales y responder con agilidad a los cambios en consumo y regulaciones.
Estructura corporativa de Lala y liderazgo de Eduardo Tricio
La clave del control de Lala reside en el Consejo de Administración, donde Eduardo Tricio Haro uno de los empresarios más influyentes del norte de México mantiene una posición decisiva. Aunque en 2020 dejó la presidencia del Consejo, continúa como accionista relevante y figura determinante en la estrategia corporativa. Tricio es también presidente de Aeroméxico y participa en diversos sectores, incluyendo agroindustria, finanzas e infraestructura.
Grupo Lala cotizó en la Bolsa Mexicana de Valores en 2013, pero en 2021 dejó de hacerlo tras un proceso de desliste impulsado por los propios accionistas mayoritarios. Esta maniobra, lejos de ser coyuntural, respondió a un interés por retomar el control total, reducir exposición pública y avanzar con mayor flexibilidad estratégica.
En la actualidad, Lala opera en México, Estados Unidos y Centroamérica, y su portafolio de marcas sigue en expansión. La compañía genera más de 40 mil empleos directos y gestiona 29 plantas de producción.











