El dinamismo del peso mexicano frente al dólar reflejó un renovado apetito por activos de riesgo tras conocerse cifras débiles del mercado laboral estadounidense. El tipo de cambio se apreció en la sesión del viernes, apoyado por la expectativa de que la Reserva Federal pueda flexibilizar su política monetaria en los próximos meses.
La moneda local avanzó 0.5% y cerró en 19.94 unidades por dólar, registrando uno de sus mejores desempeños recientes. Este movimiento coincidió con la publicación de las nóminas no agrícolas en Estados Unidos, que mostraron una generación de empleo menor a lo previsto. El ajuste elevó las probabilidades de un entorno monetario menos restrictivo en ese país.
En paralelo, la Bolsa Mexicana de Valores concluyó con una ganancia de 1.1%, impulsada por emisoras del sector financiero y de consumo. El principal indicador, S&P/BMV IPC, alcanzó los 60,890 puntos, fortaleciendo la percepción positiva sobre el mercado accionario nacional. Asimismo, la entrada de inversionistas extranjeros hacia activos mexicanos contribuyó a sostener el avance bursátil.
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Factores externos favorecen al mercado local
La apreciación del peso mexicano respondió también a la estabilidad en los precios del petróleo y a un contexto global de mayor búsqueda de activos emergentes. En consecuencia, la divisa mexicana se consolidó como una de las más atractivas en la región. Del mismo modo, la confianza en la resiliencia de la economía local apoyó el comportamiento del mercado accionario.
El volumen de operaciones en la Bolsa Mexicana alcanzó los 148 mil millones de pesos, nivel que confirma el interés creciente por el mercado nacional y que refuerza la tendencia positiva observada en las últimas semanas.
