La industria del blindaje automotriz en México se ha consolidado como una alternativa concreta frente a un contexto de creciente inseguridad. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Blindadores, este año se blindarán alrededor de 4,000 vehículos en el país, una cifra que refleja la necesidad de protección móvil de empresarios, funcionarios y familias. En ese escenario, ShelHa Soluciones se ha posicionado como referente en la integración de seguridad, servicio y confort.
Un directivo que viaja con frecuencia por carreteras consideradas de riesgo alto necesita una unidad que resista armas largas y mantenga movilidad aún bajo ataque. Con un blindaje de nivel VR6, la estructura refuerza zonas críticas como puertas, techo y motor. Esto significa que, si el vehículo fuera alcanzado por disparos al costado, la continuidad balística impediría la penetración y permitiría llegar a un punto seguro.
“Cada proyecto demanda un diagnóstico riguroso de la ruta, las amenazas y la resiliencia del vehículo. Lo que hicimos fue un blindaje escalonado, más protección hacia el lado expuesto al riesgo sin sobrecargar al resto del auto”, explica Carlos Juraidini Rumilla, director general de ShelHa Soluciones. “No es suficiente con detener el proyectil, hay que evacuar intacto”, añade.
La referencia puede compararse con estándares de alto perfil como la limusina presidencial de Estados Unidos, conocida como The Beast. Esta cuenta con vidrios de hasta cinco pulgadas de grosor y protección contra ataques químicos. Aunque la tecnología exacta es reservada, se sabe que sus neumáticos run-flat y el blindaje en el subsuelo le permiten mantener movimiento en condiciones extremas.
En México, vehículos con blindaje nivel VR6 reproducen ese principio, resistencia frente a armas de alto calibre y movilidad asegurada hasta alcanzar un lugar protegido.
Movilidad discreta y experiencias comparables
En contextos urbanos, figuras públicas como artistas y celebridades internacionales han optado por SUVs blindadas de manera discreta. Modelos como Cadillac Escalade o Chevrolet Suburban con blindaje tipo B6 ofrecen un balance entre confort, apariencia estándar y protección efectiva contra armas de fuego. ShelHa Soluciones traslada esa misma lógica a clientes que requieren vehículos para uso cotidiano en zonas metropolitanas, sin llamar la atención, pero con garantías de seguridad.
Dentro del ámbito político, el blindaje nivel IIIA se ha convertido en una herramienta frecuente para traslados urbanos. Su combinación de vidrio multicapa, refuerzos en zonas opacas y monitoreo constante de la ruta permite mantener movilidad fluida y reacción inmediata ante un intento de agresión.
“En ámbitos urbanos, un blindaje bien diseñado ofrece la combinación justa de discreción y resistencia. La clave está en armonizar la seguridad con la operación diaria del cliente”, subraya Juraidini Rumilla.
Los ruidos adicionales derivados del blindaje —como vibraciones en la carrocería o resonancias en el habitáculo— pueden ser indicativos de ajustes necesarios en el ensamble o en la suspensión. Shel-Ha Solutions recomienda atenderlos oportunamente, ya que ignorarlos puede afectar la sensación de control y el confort acústico al conducir.
Estas experiencias muestran cómo la protección que demandan presidentes y celebridades encuentra equivalentes adaptados a necesidades empresariales y familiares. El blindaje deja de ser un recurso exclusivo de figuras públicas para convertirse en una herramienta estratégica diseñada para cada perfil de riesgo.
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