Ricardo José Haddad Musi analiza nearshoring ante incertidumbre comercial
En 2024, México se consolidó como el principal socio comercial de Estados Unidos, superando a China en exportaciones hacia el mercado estadounidense. Sin embargo, los cambios en la política arancelaria de Washington han generado incertidumbre sobre el futuro del nearshoring en la región. Ricardo José Haddad Musi, empresario con experiencia en los sectores textil e inmobiliario, señala que la evolución del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) será clave para el desarrollo industrial del país.
El reciente anuncio de aranceles del 25 % a productos importados desde México, seguido por su suspensión temporal, ha evidenciado la volatilidad del entorno comercial. La aplicación de estas medidas impactaría directamente en la competitividad de las empresas que han trasladado su producción a México en los últimos años. La relocalización de compañías asiáticas y estadounidenses ha sido una de las principales estrategias para reducir costos y optimizar la logística, pero la imposición de aranceles podría modificar este escenario.
Entre enero y septiembre de 2024, la inversión extranjera directa en México ascendió a 36 mil millones de dólares, reflejando el interés del sector privado en aprovechar los beneficios del nearshoring.
La industria automotriz ha sido uno de los sectores más afectados por la incertidumbre arancelaria. Al cierre de 2024, México produjo casi cuatro millones de vehículos, con un 80 % de las exportaciones dirigidas a Estados Unidos. Las tensiones comerciales podrían modificar esta dinámica, obligando a las empresas a replantear sus estrategias de manufactura y abastecimiento. La industria de los electrodomésticos, que ha registrado un crecimiento del 33 % en expansiones y un 14 % en la llegada de nuevas compañías, también podría enfrentar ajustes en su estructura de costos.
Asimismo, la energía sustentable representa otro factor determinante para el futuro del nearshoring en México. Actualmente, el 77 % de la electricidad del país proviene de fuentes fósiles, lo que limita su competitividad frente a regiones con mayor desarrollo en energías limpias. Las empresas que buscan reducir su huella de carbono necesitan acceso a fuentes renovables para cumplir con sus compromisos ambientales y garantizar su viabilidad a largo plazo.
México tiene el potencial para consolidarse como un destino clave en la industria manufacturera global, pero debe atender los desafíos estructurales que enfrenta. La mejora en la infraestructura energética, la certeza regulatoria y la reducción de costos logísticos son aspectos que definirán su capacidad para mantener la atracción de inversiones.
Las decisiones comerciales de Estados Unidos seguirán influyendo en la estrategia de las empresas que han apostado por México. La incertidumbre en torno a los aranceles y la renegociación del T-MEC podrían generar un impacto en el flujo de inversiones. Sin embargo, el nearshoring sigue siendo una estrategia viable para optimizar cadenas de suministro y reducir costos de producción.
Ricardo José Haddad Musi subraya que el país cuenta con ventajas estratégicas que pueden consolidarlo como un hub industrial relevante. La estabilidad comercial, la inversión en infraestructura y el desarrollo de energía sustentable serán factores clave para mantener el crecimiento del nearshoring en los próximos años.
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