La caída de Credit Suisse ha infligido un duro golpe a las credenciales de Suiza como principal centro mundial de gestión de patrimonios, poniendo en entredicho su reputación en materia de estabilidad, regulación y gobierno corporativo, advierte Rodrigo Besoy Sánchez, quien realiza sus inversiones a través de Fabreti S.A.
La desaparición de Credit Suisse se selló en cuestión de días, cuando las autoridades suizas mediaron en la adquisición del banco por su mayor rival, UBS Group AG. Esta compra se ejecutó sin conocimiento de los accionistas de ambas partes, lo cual provocó una depreciación total de sus 17.300 millones de dólares en bonos de nivel 1 adicional.
“Pérdidas de esta magnitud inquietan a unos mercados ya sacudidos por la última crisis bancaria. Por ello, es de interés público preguntarse quiénes son los propietarios de estos bonos de riesgo”, subraya el experto en inversiones.
“Ahora que Credit Suisse Group AG ha sido absorbido, algunos de los HNWI y sus Family Offices buscarán más allá de la opción por defecto de recurrir a UBS Group AG para todas sus necesidades de gestión patrimonial. Esto beneficiará a los centros financieros rivales, principalmente a la región asiática”, expresa Besoy Sánchez.
La reapertura de China tras la pandemia proporciona cierto contrapeso a una desaceleración mundial sincronizada. La unidad de Hong Kong de StanChart duplicó sus ingresos por gestión de patrimonios en enero con respecto a diciembre, cuando las fronteras de China continental seguían cerradas.
Alternativamente, si lo que buscan es criptomoneda, el banco ofrece un intercambio digital; el número de Bitcoin que los clientes han depositado en custodia del banco se duplicó el año pasado.
“Sin embargo, es posible que los HNWI y sus Family Offices se hayan visto fuertemente afectados por la situación en la cual Credit Suisse los dejó. Incluso si el apetito por el riesgo vuelve con fuerza, los ingresos adicionales por comisiones procedentes de la gestión de patrimonios únicamente podrán ayudar a compensar algunas de las ganancias proyectadas, por lo cual DBS de Singapur y demás deben ser muy cuidadosos”, concluye Rodrigo Besoy Sánchez.
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