El reciente debilitamiento del dólar estadounidense, junto con un entorno político y comercial más predecible, ha devuelto atractivo a los mercados emergentes. Lombard Odier, en su más reciente análisis estratégico, mantiene una postura positiva hacia esta clase de activos, al considerar que sus valoraciones y rendimientos seguirán superando a los de las economías desarrolladas durante los próximos trimestres.
El ajuste de las políticas comerciales de Estados Unidos, particularmente los aranceles específicos anunciados en agosto, ha tenido un impacto más moderado sobre los países emergentes en comparación con Europa o Japón. En consecuencia, muchas de estas economías mantienen condiciones comerciales más estables y han evitado respuestas de represalia que afecten su balanza externa. Lombard Odier proyecta que los mercados emergentes sostendrán un crecimiento de utilidades hacia el cierre de 2025, impulsado por la depreciación del dólar y la mejora en los flujos de inversión.
Los estrategas Luca Bindelli y Patrick Kellenberger destacan que el diferencial de tasas y las menores coberturas cambiarias generan un entorno de rentabilidad más atractivo. La institución suiza mantiene una exposición “overweight” en renta variable de mercados emergentes y ha incrementado su asignación en bonos en divisa fuerte, previendo un desempeño favorable hasta 2026.
Por otro lado, el debilitamiento del dólar reduce los costos de financiamiento en moneda extranjera, al tiempo que favorece la revalorización de activos denominados en divisas locales. Los rendimientos de los bonos emergentes en moneda fuerte se sitúan entre 5 % y 6 % anual, niveles superiores a los de los instrumentos soberanos de países desarrollados.
Flujos, confianza y oportunidades regionales
En la medida en que los inversores internacionales buscan alternativas ante la menor rentabilidad estadounidense, los mercados emergentes comienzan a recuperar espacio en los portafolios globales. Actualmente, solo 5.1 % de los activos de inversionistas norteamericanos y europeos está destinado a estos mercados, frente al 7 % registrado en 2017, lo que evidencia un amplio margen para reinversión.
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En el ámbito regional, China presenta perspectivas de ganancias más sólidas debido a su política más favorable al sector privado, mientras que India y Corea del Sur se perfilan como polos de crecimiento apoyados en la demanda interna y la innovación tecnológica. América Latina mantiene su atractivo por los dividendos altos, a pesar de los menores precios de las materias primas.
El índice MSCI Emerging Markets, que agrupa 24 economías, ha registrado un rendimiento superior frente a los mercados desarrollados, tendencia que podría consolidarse en 2026.












