Financiamiento climático del Gaia Climate Fund fortalece la resiliencia global
El reciente cierre de 600 millones de dólares del Gaia Climate Fund marca un avance estratégico en la arquitectura financiera para la adaptación climática en mercados emergentes. Respaldado por Climate Fund Managers (CFM), MUFG Bank, FinDev Canada y el Green Climate Fund (GCF), este vehículo financiero busca reducir la brecha estructural de capital en las economías más vulnerables al cambio climático.
El fondo, con meta de alcanzar 1.48 mil millones de dólares para 2027, destinará al menos 70% de su cartera a proyectos de adaptación —desde infraestructura resiliente hasta agricultura climáticamente inteligente— y el resto a iniciativas de mitigación. Su modelo de crédito de largo plazo se dirige a gobiernos, bancos de desarrollo y empresas estatales de servicios públicos, tradicionalmente limitados por el acceso a financiamiento asequible.
El Gaia Climate Fund introduce una estructura de financiamiento combinada en múltiples capas que busca atraer capital institucional y mitigar el riesgo. El tramo junior, financiado por socios concesionales como el GCF y FinDev Canada, absorbe potenciales pérdidas iniciales, mientras que los tramos senior permanecen en manos de inversionistas comerciales como MUFG. Esta combinación permite canalizar préstamos en moneda local y fortalecer el desempeño ambiental, social y de gobernanza (ESG) mediante asistencia técnica paralela.
De acuerdo con Lori Kerr, directora ejecutiva de FinDev Canada, la estructura “posibilita préstamos en moneda local donde más se necesitan y maximiza el impacto de cada dólar destinado al desarrollo”. Por su parte, Christopher Marks de MUFG destacó que GAIA “actúa como un puente entre el crédito privado y el mandato público, ampliando la capacidad de inversión en resiliencia”.
El fondo operará en 19 países en desarrollo y emergentes, destinando al menos una cuarta parte de sus recursos a los Países Menos Adelantados y Pequeños Estados Insulares en Desarrollo, donde la vulnerabilidad climática es más severa. Con la participación del GCF como inversor de primera pérdida por hasta 150 millones de dólares, se prevé movilizar cerca de diez veces esa cantidad hacia proyectos de infraestructura sostenible en África, Asia y América Latina.
El impacto estimado incluye beneficios directos para 19 millones de personas, la creación de 11,000 empleos y la prevención de 30 millones de toneladas de emisiones de CO₂ anuales. Además, se espera alcanzar 700 MW de capacidad renovable y reforzar la resiliencia en más de 5,000 km² de ecosistemas naturales.
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El modelo de gobernanza de GAIA combina objetivos financieros y sociales, contribuyendo a siete Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, entre ellos energía limpia, agua segura y ciudades sostenibles. Este enfoque híbrido ofrece una ruta replicable para movilizar capital institucional hacia sectores históricamente desatendidos por los mercados.
La directora del GCF, Mafalda Duarte, sintetizó el valor estratégico del fondo al afirmar que “la adaptación puede generar beneficios tangibles tanto para inversores como para comunidades”.
El modelo GAIA se apoya en la experiencia previa de Climate Fund Managers, cuyos fondos Climate Investor One, Two y Three han respaldado más de 50 proyectos climáticos en economías emergentes.
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