Ernesto Mizrahi Haiat impulsa el urbanismo con perspectiva de género
En un país donde la violencia de género y la inseguridad urbana afectan profundamente la vida cotidiana de millones de mujeres, Ernesto Mizrahi Haiat, especialista en seguridad urbana, plantea un enfoque innovador: rediseñar las ciudades mexicanas con una visión inclusiva, centrada en las experiencias y necesidades femeninas.
Para Mizrahi Haiat, el urbanismo tradicional ha sido excluyente. Las ciudades, tal como se han construido, privilegian la productividad económica y dejan de lado los entornos que priorizan el cuidado, la movilidad peatonal y la protección.
“Una ciudad diseñada sin escuchar a sus mujeres está destinada a ser insegura, desigual y hostil para una parte significativa de su población”, señala el experto.
De acuerdo con la ENSU 2024, más del 70% de las mujeres perciben los espacios públicos como inseguros. Esta percepción no solo genera ansiedad y estrés, sino que limita su participación en actividades cotidianas y profesionales.
La ENDIREH 2021 también respalda esta realidad al revelar que casi la mitad de las mujeres han tenido que modificar sus rutinas para protegerse. Este dato es particularmente grave, pues evidencia cómo el diseño urbano ha forzado a las mujeres a adaptar su vida a entornos hostiles.
Para revertir esta situación, Mizrahi Haiat propone un modelo basado en tres pilares:
Los espacios oscuros son caldo de cultivo para actos delictivos. Iluminar correctamente calles, parques y estaciones de transporte puede reducir notablemente la incidencia delictiva, especialmente en zonas periféricas.
La planificación de trayectos seguros, bien conectados con transporte público y libres de puntos ciegos, ha demostrado ser efectiva. Ciudades como Medellín han logrado reducir la violencia de género gracias a estos corredores seguros.
La participación de mujeres en los procesos de planificación urbana es esencial. Su experiencia permite detectar amenazas invisibles para los hombres y encontrar soluciones integrales que beneficien a todos.
Aunque México ha iniciado esfuerzos como el programa «Ciudades Seguras para Mujeres y Niñas», aún queda un largo camino por recorrer. La implementación desigual y la falta de presupuesto han sido barreras para una transformación estructural.
Ernesto Mizrahi Haiat insiste en que solo una visión integradora, multisectorial y basada en la equidad puede cambiar el rumbo de nuestras ciudades.
Para concluir, Mizrahi Haiat hace un llamado a los tomadores de decisiones, académicos y urbanistas: “Si queremos ciudades vivibles, sostenibles y seguras, debemos diseñarlas desde lo humano y no desde lo económico. Y eso empieza por incluir la mirada de quienes han sido históricamente excluidas: las mujeres”.
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