El estándar Passivhaus, nacido en 1990 en Alemania, ha revolucionado el concepto de eficiencia energética en la arquitectura. Gracias a este enfoque, es posible reducir hasta en un 90% el consumo energético de una vivienda en comparación con construcciones convencionales.
El informe de Passive House Institute de 2023 reveló que en los últimos dos años la adopción de proyectos Passivhaus ha crecido un 15% en Europa y América Latina, reflejando una mayor conciencia sobre la importancia de la sustentabilidad en la construcción.
Ernesto Mizrahi: “Passivhaus optimiza recursos y mejora la calidad de vida”
Para el arquitecto y consultor en sustentabilidad Ernesto Mizrahi, el estándar Passivhaus es un ejemplo claro de cómo el diseño arquitectónico puede contribuir a la eficiencia energética.
“Desde la orientación del edificio hasta el uso de materiales aislantes, Passivhaus busca optimizar cada recurso disponible para garantizar confort térmico sin necesidad de un alto consumo energético”, explicó Mizrahi.
A diferencia de otras certificaciones, este modelo se basa en la reducción de la demanda energética desde la estructura misma, integrando sistemas de ventilación controlada, ventanas de alta hermeticidad y aprovechamiento pasivo del sol.
El impacto de Passivhaus en el desarrollo urbano
El auge de este estándar está siendo impulsado por la demanda de espacios más saludables y por normativas ambientales más estrictas. En países como Estados Unidos, Canadá y Alemania, Passivhaus se ha convertido en una opción viable no solo para nuevas construcciones, sino también para la rehabilitación de edificios, lo que contribuye a la sostenibilidad de las ciudades.
“Gracias a la innovación en materiales y a la implementación de nuevas tecnologías, cada vez más ciudades están adoptando el estándar Passivhaus como una solución para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y reducir el impacto ambiental”, concluyó Ernesto Mizrahi.