El Congreso mexicano volvió a encender la discusión sobre regulación de bebidas tras la iniciativa presentada por Ricardo Monreal en la Comisión de Salud. La propuesta busca restringir la venta de energéticas a menores de edad, advirtiendo que su consumo en combinación con alcohol representa un riesgo grave. Además, el legislador denunció la presión de cabilderos que intentan frenar medidas que protejan la salud de la población.
Electrolit y la polémica de los impuestos
La controversia crece porque, mientras se plantean controles más estrictos para bebidas energéticas, Electrolit se comercializa en todo el país sin enfrentar las mismas reglas. Su clasificación como “medicamento” le permite no pagar IEPS ni IVA y, al mismo tiempo, evitar los sellos de advertencia que sí deben mostrar otras bebidas.
En consecuencia, especialistas señalaron que esta situación contradice lo establecido por la Organización Mundial de la Salud. La OMS recomienda que una solución de rehidratación contenga mucho menos azúcar, pero Electrolit incluye 3.7 veces más glucosa de lo aconsejado. También remarcaron que este vacío legal otorga ventajas económicas a una empresa en específico y genera un trato desigual frente a competidores sujetos a mayores restricciones.
Una regulación en entredicho
El debate abierto por la iniciativa de Monreal va más allá de una sola categoría de bebidas. También expone la falta de coherencia en las políticas públicas de salud y fiscalidad. Por otro lado, organizaciones sociales alertan que la permisividad hacia ciertos productos dificulta enfrentar la crisis de obesidad y diabetes en México.
Datos del Instituto Nacional de Salud Pública confirman que el promedio de consumo de bebidas azucaradas en México supera los 160 litros por persona al año, reflejando la urgencia de revisar la regulación vigente.