La percepción sobre la economía de Estados Unidos se deteriora mientras los hogares enfrentan mayor presión por la inflación y un mercado laboral menos dinámico. La confianza de los consumidores cayó en septiembre, evidenciando un entorno donde la desaceleración del empleo genera preocupación sobre el poder adquisitivo y la sostenibilidad del gasto interno.
Los datos más recientes muestran que la inflación continúa como el principal desafío para los hogares y las empresas. La expectativa de que los precios se mantengan elevados a lo largo de los próximos meses refuerza la cautela en el consumo, lo que impacta la proyección de crecimiento. Además, la Reserva Federal mantiene un discurso restrictivo, lo que eleva la incertidumbre sobre las condiciones financieras.
Inflación y empleo marcan la agenda económica
El pesimismo económico en Estados Unidos se refleja también en la evolución del mercado laboral. El ritmo de contratación ha perdido fuerza desde agosto de 2025, con una menor creación de puestos de trabajo en sectores clave. Esto ha generado inquietud sobre la resiliencia del consumo privado, históricamente motor de la economía estadounidense.
Asimismo, las expectativas de los hogares muestran una clara tendencia a recortar planes de compra y a priorizar el ahorro. Este comportamiento se traduce en un menor dinamismo para la inversión y la producción industrial.
Perspectiva hacia el cierre del año
De igual manera, las encuestas recientes reflejan que más de la mitad de los consumidores anticipa condiciones económicas desfavorables en los próximos seis meses. El índice de confianza del consumidor registró su nivel más bajo en 18 meses, consolidando el cambio de percepción respecto al ciclo económico.