Los cambios de gobierno en Perú suelen tener efectos inmediatos en los mercados financieros, especialmente cuando la sucesión presidencial está rodeada de incertidumbre o polarización. Esta dinámica volvió a evidenciarse en agosto de 2025, tras el anuncio del adelanto de elecciones generales, lo cual reactivó la cautela entre inversionistas y generó presiones sobre el tipo de cambio.
El dólar, que había mantenido cierta estabilidad en los meses previos, mostró una ligera tendencia al alza durante los días posteriores al anuncio. Esta reacción se vincula principalmente a la expectativa de los agentes económicos sobre el rumbo que podría tomar la política fiscal, así como los posibles cambios en la conducción del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) en un eventual nuevo gobierno.
Reacciones inmediatas en el dólar y la Bolsa
Por otro lado, la Bolsa de Valores de Lima (BVL) evidenció una caída moderada en su índice general, influida por la venta de activos por parte de fondos locales y extranjeros. Las acciones mineras, sensibles al riesgo político, concentraron parte de las pérdidas ante el temor de posibles reformas regulatorias o mayores cargas impositivas al sector extractivo.
Además, el clima de transición política ralentiza la toma de decisiones de inversión, especialmente en proyectos de mediana y gran envergadura. Las firmas que evalúan ingresar o expandirse en el país optan por postergar sus planes hasta contar con mayor visibilidad respecto al próximo liderazgo y su enfoque económico.
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Inversión extranjera en pausa
En este contexto, la institucionalidad económica juega un rol clave. El BCRP mantiene una política monetaria autónoma, y su respaldo técnico ha sido determinante para amortiguar episodios de volatilidad. No obstante, la percepción de riesgo político continúa siendo un factor determinante en la prima que exigen los mercados para operar en Perú.
