BP evaluará expandir y diversificar su operación de biocombustibles en Brasil con nuevos productos, como etanol de segunda generación y combustible de aviación sostenible, después de comprar a Bunge su parte en la sociedad BP Bunge Bioenergia.
La compañía dijo en comentarios enviados a Reuters que quiere utilizar la base masiva de biocombustibles de la empresa en Brasil, un complejo industrial con 11 plantas de procesamiento de caña de azúcar en cinco estados, para desarrollar proyectos que apoyen la visión más amplia de BP para la bioenergía. El complejo brasileño «es una plataforma de bioenergía escalable con ventajas de costos», afirmó.
Intentaremos explorar nuevas oportunidades de crecimiento en la región y desarrollar nuevas plataformas de bioenergía, como el etanol de nueva generación, el SAF, los e-combustibles y el biogás», añadió BP, que usó la sigla en inglés para el combustible de aviación sostenible.
La estrategia de la petrolera británica sigue a la de Shell, que se asoció con el gigante brasileño del azúcar y el etanol Cosan hace años para formar Raizen, que está desarrollando el mayor programa mundial de etanol celulósico, un etanol de segunda generación.
«Todavía se considera que los buenos biocombustibles -los que realmente contribuyen a reducir las emisiones- tienen un papel importante que desempeñar», dijo el experto en biocombustibles Soren Jansen, antiguo ejecutivo de la brasileña Copersucar.
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