Tesla ha sorprendido a los mercados financieros al anunciar una previsión de crecimiento anual en entregas significativamente más baja que en ejercicios anteriores. La automotriz estadounidense, dirigida por Elon Musk, comunicó que el ritmo de expansión en 2025 será “notablemente inferior” al registrado en 2024, lo que ha generado una reacción inmediata en los inversionistas.
La noticia fue divulgada el martes 30 de diciembre, tras el cierre del mercado, como parte de su informe de resultados del cuarto trimestre. Si bien Tesla logró superar las expectativas de ingresos, alcanzando los 25.170 millones de dólares frente a los 25.640 millones esperados, la atención se centró en sus comentarios sobre el futuro inmediato. La compañía justificó la desaceleración proyectada por el periodo de transición hacia su próxima generación de vehículos eléctricos, cuyo lanzamiento está previsto para la segunda mitad de 2025.
Presión sobre márgenes y ajustes estratégicos
Además, los márgenes operativos continuaron estrechándose. Tesla reportó un margen del 8,2% en el trimestre, inferior al 16% registrado en 2022, una señal de presión competitiva creciente y altos costos de producción. En este contexto, el fabricante reiteró su estrategia de priorizar volumen sobre rentabilidad, en línea con los recortes de precios implementados durante el año.
Los mercados reaccionaron con una caída cercana al 6% en las operaciones posteriores al cierre. Aunque el optimismo a largo plazo sobre Tesla se mantiene en ciertos círculos, los analistas han comenzado a ajustar sus proyecciones de valoración ante una expansión menos acelerada y márgenes debilitados.
La compañía entregó un total de 1,81 millones de vehículos en 2024, lo que representa un incremento del 38% respecto al año anterior. Sin embargo, este resultado marca una moderación frente al crecimiento de 50% anual que Tesla había anticipado como meta sostenible.
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