La demografía y su impacto en la décima economía mundial
Brasil enfrenta un cambio demográfico sin precedentes que amenaza su trayectoria económica. La combinación de una población envejecida y una menor tasa de natalidad redefine la estructura laboral y plantea riesgos para la sostenibilidad de los sistemas de seguridad social. Del mismo modo, el crecimiento económico podría desacelerarse si no se adoptan políticas que incentiven la productividad y la participación laboral.
Las proyecciones indican que la población en edad laboral comenzará a disminuir de manera significativa en la próxima década. Este fenómeno podría limitar la capacidad de Brasil para mantener niveles de inversión y consumo internos robustos. Además, la presión sobre los gastos públicos aumentará, afectando programas sociales y pensiones. En consecuencia, la economía brasileña deberá adaptarse a un escenario en el que la fuerza laboral disponible se reduce mientras las demandas sociales crecen.
Estrategias para mitigar los riesgos demográficos
Expertos sugieren que la inversión en tecnología y educación es clave para compensar la disminución de la fuerza laboral. Del mismo modo, la migración calificada puede desempeñar un papel estratégico en sectores críticos. Asimismo, fomentar la inclusión de grupos subrepresentados en el mercado laboral y prolongar la participación activa de trabajadores mayores contribuirá a sostener la productividad.
La transformación demográfica de Brasil también afecta la capacidad de atraer inversión extranjera y mantener la estabilidad macroeconómica. Los indicadores recientes muestran que la tasa de dependencia de personas mayores superará el 25 % en 2035, una cifra que podría impactar en la confianza de los mercados y en la calificación crediticia del país.
