En una ciudad donde el auge inmobiliario ha redefinido el paisaje urbano y social, Artesanto, un desarrollo ubicado en Distrito Corazón, el nuevo polo económico de San Miguel de Allende, plantea una ruta distinta enfocada a un modelo de crecimiento que no desplaza, sino que integra; que no reemplaza la identidad local, sino que la fortalece.
San Miguel de Allende es hoy uno de los destinos turísticos y de inversión inmobiliaria más importantes del país. De acuerdo con datos del INEGI, más del 11% de las viviendas del municipio son casas de uso temporal o vacacional.
Ante ese escenario, Artesanto se presenta como una alternativa vanguardista, bajo la misión de ofrecer diseño urbano, priorizar la contratación de mano de obra regional, el uso de materiales locales y la generación de empleo, identidad y permanencia, para impulsar un desarrollo verdaderamente sostenible.
Artesanto en busca de una economía circular y respeto patrimonial
El desarrollo también se vincula a una economía circular, al favorecer cadenas de valor regionales, la movilidad peatonal y el consumo responsable. Esto no solo reduce la huella ecológica del proyecto, sino que también mantiene activos los oficios y la cultura productiva local.
Lejos de reproducir modelos urbanos ajenos a San Miguel, Artesanto se inserta en el tejido urbano con respeto por el entorno patrimonial, integrando elementos de la arquitectura vernácula como patios interiores, muros de piedra, techos altos y materiales naturales. Pero además, lo hace con una visión de vivienda que genera comunidad, pertenencia y continuidad histórica.
Ubicación estratégica y generación de empleos para e futuro
En un contexto donde muchos desarrollos se alejan del centro urbano o construyen burbujas desconectadas de la realidad local, Artesanto apuesta por lo contrario: una ubicación estratégica en el corazón de la ciudad, conectada con sus dinámicas culturales, económicas y sociales.
Artesanto forma parte de Distrito Corazón, una zona concebida para convertirse en el nuevo polo de desarrollo urbano ordenado, donde conviven arte, gastronomía, comercio justo y vivienda sostenible. Esta visión integral busca reequilibrar la oferta inmobiliaria de San Miguel, generando plusvalía con responsabilidad social y ambiental.
Más allá de su ubicación privilegiada, Artesanto representa una visión de futuro que hoy es urgente: desarrollar sin desplazar, invertir sin excluir y construir respetando las raíces. En tiempos donde la inversión inmobiliaria suele priorizar la rentabilidad por encima del impacto social, este proyecto abre un camino posible y replicable.