La expansión de las zonas urbanas en América Latina ha puesto a prueba la resiliencia ambiental de sus ciudades. En este escenario, el arquitecto Ernesto Mizrahi se ha convertido en un referente en el diseño de espacios urbanos sostenibles, apostando por la integración armónica de infraestructura, naturaleza y comunidad.
¿Por qué necesitamos más áreas verdes en las ciudades?
Vivir en entornos urbanos densamente poblados puede deteriorar el bienestar físico y emocional de las personas. La Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad (COUS UNAM) señala que quienes viven cerca de espacios verdes reportan una mayor percepción de calidad de vida. Sin embargo, la Ciudad de México está lejos de cumplir con este estándar, con apenas 3.3 m² de área verde por habitante.
Para Ernesto Mizrahi, esta cifra revela una urgencia: “La restauración ecológica urbana debe ser una prioridad. Las áreas verdes no solo decoran, también enfrían, purifican y revitalizan nuestras ciudades”.
Arquitectura ecológica: pensar en verde desde el diseño
Una ciudad verdaderamente sostenible no se construye sobre cemento, sino sobre ideas ecológicas. Desde la fase de diseño urbano, Mizrahi propone integrar soluciones basadas en la naturaleza: techos verdes, jardines verticales, corredores biológicos y parques urbanos interconectados.
Este enfoque no solo mejora el paisaje, sino que también combate el efecto de isla de calor, un fenómeno que eleva significativamente las temperaturas en zonas urbanizadas. Además, estudios recientes muestran que la vegetación urbana ayuda a capturar carbono y mitigar el cambio climático a nivel local.
Impacto económico y social de los espacios públicos verdes
Más allá de su función ecológica, los espacios verdes tienen efectos económicos positivos. Investigaciones internacionales revelan que zonas con mayor cobertura vegetal incrementan el valor inmobiliario y atraen turismo. Mizrahi cita ejemplos como Londres y Medellín, donde la inversión en infraestructura verde ha revitalizado barrios enteros.
En lo social, estos espacios fomentan la interacción ciudadana y reducen la sensación de inseguridad. “Una ciudad verde es también una ciudad más humana”, afirma el arquitecto.
Biodiversidad urbana: recuperar lo que perdimos
La fragmentación del hábitat natural ha reducido la biodiversidad en muchas urbes. Sin embargo, como lo demostró un proyecto en Nueva York, es posible revertir este proceso. Plantar árboles adecuados y crear hábitats urbanos puede atraer fauna benéfica como aves dispersoras de semillas, iniciando ciclos de restauración ecológica.
Ernesto Mizrahi insiste en que este tipo de acciones deben formar parte de las políticas públicas. Además, llama a las universidades, desarrolladores y ciudadanos a involucrarse activamente en este cambio de paradigma.
Ernesto Mizrahi: una visión que integra ciudad y naturaleza
Para Mizrahi, el futuro de las ciudades depende de su capacidad para coexistir con la naturaleza. “Cada metro cuadrado de área verde que recuperamos es una inversión en salud, bienestar y sustentabilidad”, concluye.
El trabajo del arquitecto destaca por su enfoque multidisciplinario y su compromiso con el bienestar colectivo. En un mundo marcado por la crisis ambiental, su propuesta representa una guía clara para reimaginar nuestras ciudades desde una perspectiva ecológica, resiliente y profundamente humana.