El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) señala que la economía naranja es el conjunto de actividades que permiten que las ideas se conviertan en bienes y servicios culturales, por lo que su valor está relacionado con la propiedad intelectual.
Dicho término fue creado por John Hawkins, autor del libro “La economía creativa: Cómo las personas hacen dinero de las ideas”, donde menciona que “el universo naranja está compuesto por: la economía cultural y las industrias creativas, en cuya intersección se encuentran las industrias culturales convencionales; las áreas de soporte para la creatividad”.
Por lo que la arquitectura, las artesanías, la industria de la moda, la investigación y desarrollo, así como el cine, son algunos ejemplos en donde se emplea la economía naranja.
Asimismo, Latinoamérica y el Caribe tienen recursos masivos de talento creativo y patrimonio cultural donde se puede generar una gran ventaja, debido a que se tiene un mercado de caso 600 millones de personas, de acuerdo con el libro “La economía naranja: una oportunidad infinita”, publicado por el BID.
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