Los brotes de contagios del Covid-19 ante el confinamiento, sobre todo en las zonas de pobreza y familias de escasos recursos, se elevan en viviendas precarias.
Según el estudio de “Mortalidad por Covid-19 en México” publicado por la UNAM, la crisis sanitaria afecta mayormente a la población de menos ingresos.
De acuerdo con sus datos, el 71% de las personas fallecidas vivían en condiciones de pobreza.
Y es que el 52% de los capitalinos viven en situación de pobreza y su principal carencia es la vivienda digna.
«El Covid-19 reveló la magnitud de personas sin hogar y de aquellas que viven en lugares poco salubres y dignos, sin servicios básicos y adecuados para garantizar la sana distancia y evitar el contagio intrafamiliar” afirmó, Oscar Munguía, dirigente de la Asamblea de Barrios de la Ciudad de México, Grupo Miguel Hidalgo.
La vivienda es un derecho protegido constitucionalmente, sin embargo, ahora solo forma parte de un mercado inaccesible, en una economía sustentada en el sector informal que de acuerdo con el Inegi representan el 56% de la ocupación laboral en México.
Tan sólo en la Ciudad de México, existe un déficit de 200,000 viviendas, contabilizadas por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi), aunque también en los estados más pobres del país, como Chiapas, Guerrero y Oaxaca, presentan más del 70% de su población en condiciones urgentes de mejoras.