Tener un rechazo o conexión negativa con las matemáticas puede afectar más que el rendimiento académico de los estudiantes en las carreras profesionales, es un factor determinante en su futuro laboral.
A nivel global, muchos jóvenes enfrentan una “mentalidad antimatemáticas”, según el estudio Matemáticas para la vida y el trabajo, realizado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
Este fenómeno, presente en la mayoría de los países que integran el organismo económico internacional, advierte una falta de conexión emocional positiva con las matemáticas.
No obstante, el rendimiento de los niños y jóvenes en matemáticas está asociado con el crecimiento económico de los países, de acuerdo con estimaciones basadas en el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA).