Agustín Carstens, el director del Banco de Pagos Internacionales (BPI) advirtió que años de lucha contra las crisis económicas han creado condiciones que están sobrepasando los límites de la estabilidad en lo que se refiere al sistema financiero internacional.
Afirmó que esta «región de estabilidad» no está definida por las tasas de interés o los niveles de deuda, sino que en ella influyen a lo largo del tiempo las fuerzas políticas y tecnológicas y las políticas macroeconómicas.
Los bancos centrales de todo el mundo han estado subiendo las tasas de interés para luchar contra la inflación.
Sin embargo, en un discurso pronunciado en la Universidad de Columbia, el titular de BPI afirmó que para evitar un «régimen de alta inflación» a largo plazo puede ser necesario mantener las tasas más altas y durante más tiempo de lo que se pensaba, incluso a costa de ralentizar las economías.
Presiones políticas
Las deudas acumuladas durante la crisis financiera mundial y, más recientemente, la pandemia de Covid-19, también están complicando la tarea de los bancos centrales.
Algunos ya están recibiendo presiones políticas para frenar las alzas de tasas y garantizar que el costo del servicio de la deuda no se dispare.
También enfrentan grandes pérdidas -al menos sobre el papel- en los billones de dólares, o euros, en bonos emitidos para tratar de impulsar sus economías durante las crisis, lo que significa que los gobiernos ya no están recibiendo una parte de los beneficios que esas compras generaron.