La incorporación de vehículos eléctricos al mercado argentino enfrenta un nuevo obstáculo regulatorio. El esquema de importación PLI, diseñado para ampliar la oferta de autos eléctricos con beneficios arancelarios, aprobó solo una fracción mínima de los modelos presentados, lo que reduce de forma sustantiva el impacto esperado del programa en la transición hacia la electromovilidad.
Del total de 46 modelos de vehículos eléctricos postulados por distintos importadores, únicamente seis lograron ser incluidos en el esquema vigente. Todos corresponden a la automotriz india Tata Motors, lo que deja fuera a una amplia variedad de marcas y propuestas que buscaban ingresar al mercado argentino bajo este mecanismo. Entre los modelos aceptados se encuentran los Tata Nexon, Punch, Tiago y Harrier, todos con versiones eléctricas orientadas al uso urbano y familiar.
PLI y límites regulatorios en la electromovilidad
El bajo número de aprobaciones refleja las exigencias técnicas, administrativas y de homologación que establece el programa. Estas condiciones han funcionado como un filtro restrictivo que dificulta la incorporación de nuevos actores y reduce la diversidad de opciones disponibles para los consumidores. En consecuencia, la oferta eléctrica sigue concentrada en pocos modelos y marcas, lejos de un despliegue masivo.
Este escenario contrasta con la tendencia regional e internacional, donde los incentivos buscan acelerar la adopción de vehículos eléctricos mediante esquemas más amplios y flexibles. En el caso argentino, la limitada ejecución del PLI pone en evidencia un desajuste entre los objetivos declarados de promoción de la movilidad sustentable y la implementación concreta del programa.
La reducción efectiva del universo de modelos disponibles bajo el PLI retrasa la expansión del mercado eléctrico y condiciona la competitividad del sector. Mientras no se ajusten los criterios de inclusión, la electrificación vehicular continuará avanzando a un ritmo menor al previsto.
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