Banco Azteca lidera innovación financiera con enfoque educativo

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Banco Azteca lidera innovación financiera con enfoque educativo
Banco Azteca lidera innovación financiera con enfoque educativo

Cuando el huracán Otis impactó Acapulco en octubre de 2023, lo hizo con una fuerza inédita. El ciclón alcanzó categoría 5 en apenas 12 horas, colapsando redes eléctricas, telecomunicaciones, vías de transporte y servicios bancarios. La ciudad quedó paralizada, y con ella, el acceso al dinero en efectivo, vital para la subsistencia inmediata de miles de familias. En ese escenario, lo que normalmente es solo un banco, en ese momento funcionó como punto vital para la comunidad.

 

Tan solo nueve días después del impacto, Banco Azteca reabrió seis de sus sucursales en la zona, habilitó cajeros automáticos con generadores propios y eliminó temporalmente comisiones en sus servicios, priorizando la recuperación económica de las comunidades más afectadas.

 

En México, donde más del 50% de las transacciones diarias en el país se realizan en efectivo como principal medio de pago según datos del Banco de México, la ausencia de servicios bancarios puede significar la interrupción total de la vida económica local. Las remesas no llegan, los apoyos no se cobran, las compras básicas no se realizan. Por eso, el modelo de atención de Banco Azteca, basado en una fuerte presencia física combinada con una plataforma digital sólida, resulta especialmente relevante en contextos de crisis.

 

El reconocimiento otorgado en agosto de 2025 por Capital Finance International (CFI.co), al nombrar por segundo año consecutivo a Banco Azteca como Campeón en Educación e Inclusión Financiera en México, responde precisamente a esta capacidad de mantenerse operando frente a algunos de los retos más apremiantes del país, entre los que destacan, la desigualdad regional, la vulnerabilidad ante desastres naturales y la necesidad urgente de garantizar derechos financieros básicos incluso en condiciones extremas.

 

Este modelo de “banca resiliente” no es nuevo, pero sí poco frecuente. Requiere una planificación que combine tecnología, logística territorial, protocolos de contingencia y, sobre todo, una visión del servicio financiero como un recurso esencial en situaciones críticas. Más allá de tasas o innovación digital, lo fundamental es asegurar que las personas puedan acceder a su dinero cuando más lo necesitan.

 

Mientras el discurso financiero dominante se enfoca en digitalización, inversión y rendimiento, hay una conversación pendiente sobre lo que implica bancarizar desde la resiliencia. En zonas vulnerables, rurales o costeras, donde los desastres naturales ya no son excepción sino constante, el acceso a servicios financieros se vuelve parte del sistema de protección civil no declarado.

 

Banco Azteca ha demostrado que no solo sabe operar en el centro del país o en grandes ciudades. Su estructura le permite responder también en la periferia, en la emergencia, en el margen. Es en esos escenarios donde se redefine lo que significa realmente la inclusión financiera.

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