México 7 marzo._ El precio de gas natural volvió a batir un récord histórico en el mercado europeo este lunes, en momentos en que Estados Unidos y la Unión Europea debaten posibles sanciones a la energía rusa por la invasión a Ucrania.
El temor a perturbaciones de las exportaciones procedentes de Rusia, que suministra 40% de las importaciones de gas europeo, disparó el precio del gas de referencia en Europa, el TTF holandés, que subió más de 60% estableciendo un nuevo récord de 345 euros el megavatio-hora (MWh).
Luego, hacia las 09:05 GMT ganaba solo 45% a 280 euros. Por su parte, el barril de petróleo Brent del Mar del Norte se acercó a los 140 dólares, en su más alto nivel en casi 14 años, destaca El Economista.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo que la Casa Blanca y sus aliados están en conversaciones para prohibir las importaciones de energía de Rusia tras su invasión de Ucrania. Rusia es uno de los principales proveedores de gas natural y uno de los mayores productores de crudo del mundo.
Según El País, Rusia es el segundo mayor exportador de petróleo del mundo y, por mucho, el primer suministrador de gas de Europa. Parte de esa energía pasa por gasoductos que están en Ucrania. Hasta ahora, la guerra no ha cambiado esto y el gas se sigue llegando a los países europeos al mismo ritmo. Pero Putin tiene el poder de abrir o cerrar ese grifo.
Complicaciones
Ignacio Fariza, redactor de la sección de Economía de EL PAÍS especializado en energía, plantea los tres escenarios posibles. El primero, el que más posibilidades tiene de cumplirse, al menos a corto plazo, es que las bombas no causen daño en los tubos que cruzan Ucrania y Putin no cierre el grifo.
En un segundo escenario, Moscú podría recortar drásticamente la cantidad de gas que fluye por los gasoductos hacia el oeste. Si esto pasase, las cosas se complicarían en la UE, siempre con la amenaza de cortes de suministro en Europa central que son muy dependientes del gas ruso.
En el tercer escenario, Putin cierra totalmente el grifo a Unión Europea y se enfoca en China para vender el gas sobrante. Es, de largo, el más peligroso para Europa, porque se quedaría sin suministro y, a la vez, Moscú podría paliar el golpe económico con una nueva fuente de entrada de divisas.