México 20 agosto.- Un reciente informe elaborado por Axa Investment Managers analiza el impacto de la inflación en los mercados emergentes. La principal conclusión es que el golpe es más duro, ya que a las presiones globales se le suman las características propias de este tipo de economías, agravando con ello el problema.
Para poner en contexto, los analistas repasan las cifras. “La inflación anual en Estados Unidos ya marcó en junio un récord de 40 años al alcanzar el 9,1%. En el conjunto de economías en desarrollo, excluyendo a China del análisis, está ahora en el 14%, máximos que no se alcanzaban desde 2008. En México, en junio, marcó un 8% y en Turquía se disparó al 78%; en ambos casos, es el mayor repunte en dos décadas”, detallan.
La relativamente superior vulnerabilidad emergente tiene una explicación lógica. La cesta de la compra varía de país en país, pero, atendiendo a las medias, tanto la energía como la alimentación. Los dos factores que más se han encarecido a nivel global, pesan más en el gasto que efectúa un consumidor de un mercado emergente que en el que hace uno estadounidense.
Mercados emergentes
“En los mercados emergentes, el peso en la cesta de la compra de la energía ronda el 10% de media, frente al 8,7% de Estados Unidos. Por su parte, la comida supone un 27%, frente al 13,4% norteamericano”, explican.
Más allá de lo global, el documento identifica características particulares. Los auges en los salarios que se han producido en varios de los mercados emergentes estarían impulsando también el alza de precios, según Axa IM. Esto perjudica especialmente a las clases medias.
“Los países del centro y este de Europa han llevado a cabo elevados repuntes del salario mínimo en 2022. Estos aumentos pueden causar mayores costes, incluyendo costes que soportarán aquellos que no se hayan beneficiado de la subida del salario mínimo. Con todo, dada la tasa de inflación, el salario mínimo real ha caído en estos países”, afirman los analistas.
Por otro lado, están los bancos centrales. Como la Reserva Federal estadounidense ha subido tipos de interés por la también disparada inflación en EE UU, el resto de bancos centrales de países emergentes se encuentran contra la espada y la pared. Si ajustan la política monetaria ponen en peligro el crecimiento económico, si no, puede pasar como en Turquía.