El peso mexicano avanzó frente al dólar en una sesión marcada por baja liquidez, mientras el mercado cambiario operó con cautela antes de las festividades navideñas. La moneda reflejó un entorno externo favorable, impulsado por la debilidad generalizada del dólar estadounidense.
Durante la jornada, el peso mexicano cotizó por debajo de las 18 unidades por billete verde, respaldado por un menor apetito por el dólar y por flujos hacia activos de mercados emergentes. La actividad reducida en Estados Unidos limitó la volatilidad y acotó los rangos de operación.
El retroceso del índice dólar frente a una canasta de divisas fortaleció a monedas como el peso, que reaccionó de forma moderada al entorno macroeconómico. El mercado asimiló datos recientes del empleo estadounidense sin generar movimientos abruptos.
Peso mexicano reacciona a debilidad del dólar
El tipo de cambio se benefició de la caída del dólar a mínimos de más de dos meses, en un contexto donde los inversionistas anticipan recortes adicionales de tasas por parte de la Reserva Federal. Este escenario favorece monedas con mayor rendimiento relativo.
Además, la expectativa de una política monetaria más flexible en Estados Unidos sostuvo el apetito por riesgo, aun cuando la liquidez permaneció limitada. Analistas destacaron que el peso mexicano mantuvo un sesgo apreciatorio dentro de un rango estrecho.
Entorno global condiciona el mercado cambiario
El dólar se encamina a registrar su mayor caída anual desde 2017, presionado por expectativas de recortes de tasas y por cuestionamientos sobre la estabilidad de la política económica estadounidense. Este movimiento fortaleció al euro, la libra esterlina y otras monedas europeas.
Asimismo, varias divisas han perdido terreno frente a metales preciosos, especialmente el oro, que alcanzó nuevos máximos históricos. En este contexto, el peso mexicano destacó por su estabilidad relativa.
El índice dólar acumula una pérdida cercana a 10 por ciento en el año, un desempeño que no se observaba desde principios de la década pasada, lo que continúa influyendo en los flujos cambiarios globales.
